Editorial El País
El presidente Luis Arce reconoció el año pasado que en el sector hidrocarburífero se había “tocado fondo”. Fue literal, pero como suele pasar cuando hay un arranque de sinceridad poco calculado, sus voceros y particularmente los implicados en el sector salieron en tromba a matizar e incluso desmentir al presidente, con todo lo grave que eso puede suponer.
Entre las argumentaciones que entonces se utilizaron destacaba la de culpar al gobierno de Evo Morales de no haber hecho lo suficiente en el sector y de no haber priorizado la búsqueda de reservas, algo que es objetivamente cierto, pero además exhibían multitud de proyectos en puertas -que evidentemente también heredaron – y que les iba a permitir reactivar el sector en el corto plazo, algo que objetivamente no ha sucedido.
El plan que se intuye en Yacimientos es el de rebañar los pozos y enviar por el gasoducto con Brasil, que ya está amortizado
Los “éxitos” de Yacimientos en este periodo son abrumadoramente mediocres, pues apenas se ha logrado reactivar algún pozo ya utilizado en Churumas y poner en funcionamiento pozos muy pequeños en zonas tradicionales.
El asunto es grave sobre todo porque YPFB había colocado como prioridad el reponer reservas, pero no es el único fiasco. El contrato con Argentina está por terminar y el de Brasil ha pasado ya a ser algo testimonial. El plan que se intuye en Yacimientos es el de rebañar los pozos y enviar por el gasoducto con Brasil, que ya está amortizado y le da ventaja competitiva en ese mercado libre todo el gas que se pueda colocar, pero difícilmente esa estrategia podrá llegar a dar los resultados de un contrato estable de largo plazo o cualquier otra variante industrializadora que ciertamente se han abandonado.
Probablemente el presidente Luis Arce debería haber empezado a “cortar cabeza”” entre la plana mayor del sector hidrocarburífero, pero una vez más optó por creer en sus promesas.
Desde entonces, el presidente de YPFB, Armin Dorgathen, viene relatando sus diversos encontronazos con el exministro Luis Alberto Sánchez – supuestos –, en los que Sánchez, que fue vicepresidente de contratos de la entidad, aparentemente solo quería oír buenas noticias, aunque no está claro para qué sirve ahora dirimir el grado de amistad que estos dos personajes pudieran tener en el pasado.
Mientras, al ministro de Hidrocarburos se le adivina que está planteando una enmienda a la totalidad de la propuesta soberanista en la explotación de todos los recursos, tanto en el litio como en el gas, y si no se espera una nueva Ley de Hidrocarburos en este sentido no es porque no lo deseen, sino por la desesperante lentitud que rige en este gobierno y en particular, en el área de los hidrocarburos.
YPFB tiene urgencias, pero eso no se materializa ni en la capacidad ejecutiva ni en la creatividad de las propuestas. Reincidir en lo mismo, intentar taparlo todo, presionar donde no se debe. El gas sigue siendo un ingreso vital para el país, pero no parece que todos se estén dando cuenta.
Via: el País