Bolivia está a punto de marcar un cambio hacia la diversificación de su matriz energética con el próximo inicio de la producción de biodiesel, programado para dentro de un mes. Esta iniciativa, dirigida por Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), se enmarca en reducir su dependencia de los combustibles fósiles y adoptar fuentes de energía más sostenibles.
Según Edgar Cortez, Gerente de Ingeniería, Proyectos e Infraestructura de YPFB, la primera planta de biodiesel se está instalando en Santa Cruz, aprovechando la disponibilidad de materia prima en la región, mientras que una segunda planta se emplazará en El Alto. “La producción inicial se enfocará en el uso de aceites de soya como materia prima, con un firme compromiso de no competir con la seguridad alimentaria del país”.
“El biodiesel, derivado de aceites vegetales, representa una alternativa más limpia y renovable al diésel convencional”, afirmó Cortez. Aunque su introducción puede generar inquietudes en algunos sectores, es importante destacar que el biodiesel no afectará negativamente a los motores y ofrece propiedades menos agresivas.
Esta medida se suma a la tendencia global hacia el uso de combustibles renovables, con países vecinos ya adoptando legislaciones en este sentido. Se espera que la implementación de la planta de biodiesel en Bolivia no solo contribuya a la mitigación del cambio climático, sino que también genere ahorros significativos, estimados en 107 millones de dólares.
“La iniciativa representa una oportunidad para sectores clave como el transporte pesado, el transporte público y la agroindustria”, dijo Cortez. La comercialización del biodiesel comenzará desde Santa Cruz, antes de la puesta en funcionamiento de la segunda planta en El Alto.
“Con la estabilización y calibración de los equipos en curso, Bolivia está a punto de escribir un nuevo capítulo en su historia energética”, comentó Cortez. En un contexto donde el cambio climático es una realidad, la adopción de combustibles renovables como el biodiesel se presenta como un paso crucial hacia un futuro más sostenible y resiliente.
Vía: ERBOL