El ministro de Hidrocarburos, Franklin Molina, explicó que ante el rezago en la implementación de la producción industrial del carbonato de litio, es necesario adecuar la norma vigente para que la inversión directa extranjera y la cooperación académica lleguen al sector de los recursos evaporíticos y posibiliten recuperar los “14 años perdidos”.
Molina precisó que el proyecto del litio arrancó en 2016 con la construcción de las piscinas, para una producción por evaporación, luego en 2018 se construye la planta de carbonato de litio que debía tener una capacidad de producción de 15.000 toneladas.
“Sin embargo, en noviembre de 2020 realizamos un diagnóstico sobre la situación real de los proyectos energéticos. Así, en el caso de la planta en el salar de Uyuni los informes, en 2021, reportaban un 60% de desembolso financiero, cuando el avance de construcción era solo de un 25%”, observó Molina.
A tiempo de detallar que se detectó fallas en el sistema de bombeo, en las líneas que alimentan las piscinas y problemas técnicos en las mismas.
“La planta de carbonato de litio debía contar con una planta de tratamiento de agua, con servicio eléctrico y aporte de gas y de GLP, pero no lo tenía, por lo que el personal de Yacimientos de Litio Boliviano (YLB) tuvo que hacer una reingeniería con el objetivo de concluir la construcción de la planta 2023. Así se hizo”, remarcó Molina, detallando que para esta gestión se tiene previsto una producción de 4.000 toneladas de carbonato de litio.
Via: El Potosí