El ex director del Instituto de Gas y Petróleo de la Universidad de Buenos Aires (IGPUBA), Nicolás Verini, afirmó que en el futuro la esperanza energética argentina está puesta en el desarrollo del gas natural licuado (GNL). El especialista se refirió a la instalación de unidades flotantes, proyecto que están encarando YPF y Petronas para 2027 utilizando el gas de Vaca Muerta.
La capacidad inicial de esta plataforma flotante sería de 2 millones de toneladas al año con un proyecto a futuro de construir tres unidades más, capaces de producir y exportar hasta 9 millones de toneladas/año. “Si a esto le sumamos el proyecto on shore de una planta de GNL estamos hablando de una producción que podría superar los 30 millones de toneladas/año, siempre con gas no convencional”, señaló.
Y añadió que si bien el objetivo del Gobierno Nacional es exportar hasta U$S 30 mil millones en el horizonte del año 2030, desde el sector privado ya plantearon la necesidad de promover una ley de inversiones que incentive y promueva al sector.
En cuanto a poder cubrir la necesidades de consumo de 180 millones de meteros cúbicos diarios de gas para el invierno, Verini advirtió que “va a hacer necesario importar al menos 10 cargamentos de GNL en Escobar o Bahía Blanca, lo cual va a ayudar a compensar lógicamente la caída de la producción convencional de gas y de GLP, pero va a depender de la actividad económica e industrial del país, que por ahora está en terapia intensiva”.
Verini alertó sobre la caída de los hidrocarburos convencionales que data desde hace varios años debido a que las compañías afrontan con el declino natural de estos yacimientos, además de que redujeron inversiones para mantener el nivel de producción, salvo el aporte que viene realizando la cuenca Austral con el desarrollo del offshore. De hecho, YPF anunció la venta de 55 áreas de sus campos maduros para reenfocarse en Vaca Muerta y grandes proyectos.
“Sucede que si se produce menos gas natural en esas áreas es lógico que se separe menos GLP y la caída se manifieste a nivel estacional en las plantas de procesamiento de gas como en las refinerías por un menos procesamiento de crudo”, comentó.
“Si a esto le sumamos las obras del segundo tramo del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner que aún no están terminadas según el cronograma previsto ya que las inversiones en obra pública están paralizadas, va a ser difícil llegar al invierno con una oferta de 20 millones de metros cúbicos tal como estaba planificado”, agregó.
Desde la mirada del ex director del IGPUBA tampoco es seguro que Bolivia pueda ofrecer más gas ya que está produciendo cada vez menos y debe afrontar difíciles compromisos contractuales con Argentina y Brasil.
La situación podría agravarse aún más ya que Bolivia está importando crudo desde su terminal del Pacífico, lo cual verifica que Bolivia también es deficitaria en líquidos.
Vía: mejorenergía.com