La gasolina que se comercializa en Bolivia cumple con los estándares de calidad nacionales e internacionales, mientras estudios demostraron que no existe problemas en el vehículo si utiliza combustible fósiles con una mezcla de aditivo vegetal hasta 25%, informaron autoridades de YPFB y de la UMSA, respectivamente.
El gerente de Comercialización de YPFB, Ronald Huanca, aseguró que “la producción de combustible en las plantas de almacenaje cumple normas nacionales e internacionales, que son fiscalizadas por la Agencia Nacional de Hidrocarburos como ente regulador”.
La posición surgió ante publicaciones sobre una supuesta alteración o mezcla irregular en la gasolina que se comercializa.
La gasolina producida e importada cumple con el octanaje al ingresar a sus 27 plantas de almacenaje, para su posterior distribución. Se toma en cuenta las condiciones de recepción, qué tipo de gasolina se formulará, certificación de calidad y comercialización, a través de cisternas.
El octanaje es un parámetro importante que mide la resistencia de la detonación en el motor. Entre más alto sea, mayor cantidad de resistencia se tendrá.
Respecto a la mezcla con etanol, el director de la Unidad Académica del Instituto de Investigación Mecánica y Electromecánica de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), Eduardo Sánchez, informó que en los últimos 6 años se desarrollaron pruebas desde el 8% hasta el 25% del aditivo vegetal y “nunca se tuvo un problema, una falla, daño o afectación a ningún vehículo reportado oficialmente”.
El Gobierno nacional estableció, mediante decreto 5135 aprobado el miércoles, los porcentajes de mezcla de biodiesel y etanol anhidro con combustibles fósiles, para sustituir gradualmente la importación de insumos, aditivos y diésel.
De acuerdo a la norma, los combustibles a ser comercializados resultantes de la mezcla de biodiésel o etanol anhidro con combustibles fósiles base tendrán una proporción volumétrica de hasta un 25% como aditivos de origen vegetal.
Según Sánchez, un estudio evidenció tres ventajas en el uso del etanol anhidro con gasolina para los vehículos del país: un incremento en la potencia en par motor (fuerza que ejerce un motor sobre el eje de transmisión de potencia); una disminución de la emisión de gases de efecto invernadero; y una reducción del consumo de combustibles.
Sánchez desvirtuó que estas mezclas generen daño en el motor y recordó que desde 2018 se emplea la gasolina con etanol sin ningún efecto negativo.
“Por conceptos de termodinámica, al poner más alcohol en la mezcla se está bajando la temperatura de la combustión y así el acero se desgasta menos porque hay una función de más frío y la propagación de la velocidad de la llama del alcohol tiene combustión más eficiente con lo que el supuesto daño en el motor, del que hablan, no tiene sentido”, explicó.
No es el único estudio del Instituto de Investigaciones Mecánicas y Electromecánica, ya que desarrollaron un estudio independiente con el Laboratorio de Tecnologías Limpias (Ladetel) para la Universidad de Sao Paulo, Brasil, con mezclas de hasta 25% de alcohol anhidro sin ningún inconveniente para el vehículo.
Vía: Correo del sur