Dos ex superintendentes y dos analistas del sector hidrocarburos coinciden en que el proceso de nacionalización de YPFB llevó a esa empresa a la crítica situación en la que se encuentra hoy con declinación de las reservas de gas natural, baja producción de combustibles líquidos, incremento exagerado del personal, pérdida del mercado de la Argentina y politización en exceso.
El ex superintendente de Hidrocarburos, Guillermo Torrez, considera que, con su última nacionalización, YPFB perdió el conocimiento de la industria petrolera porque se cambió a técnicos por políticos y por lo tanto, la calidad profesional de la empresa bajó.
El ex superintendente de Hidrocarburos, Hugo de la Fuente, observa que “definitivamente YPFB está muy mal administrada y es tremendamente ineficiente”, con un personal supernumerario inmenso y casi inexistencia de logros importantes.
El analista y economista, Jaime Balanza, cree que YPFB tiene más responsabilidades de las que puede cumplir, varias de sus subsidiarias están en números rojos y en la actual coyuntura atraviesa uno de sus peores momentos y por ello debe ser sometida a cirugía mayor para ser salvada.
El analista Raúl Velásquez, de la Fundación Jubileo, lamenta que, en 18 años de su nacionalización, YPFB no es una empresa transparente porque no se encuentra información que se necesita, no es eficiente porque los indicadores así lo muestran y porque la producción de gas ha descendido en un 47%, la producción de líquidos cayó en 55%, el país importa el 85% del diésel y el 58% de la gasolina.
Via: El Diario