El desabastecimiento de diésel en Tarija ha puesto en jaque a sectores que mueven la economía en el departamento, como el turismo y el transporte público, que ven cómo sus actividades quedan paralizadas o reducidas al mínimo. En estos últimos meses esta problemática ha tenido un impacto negativo en la dinámica social y económica de la región, agravando los efectos de la inflación y afectando emprendimientos.
Un turismo en declive
El sector turístico, uno de los motores económicos de Tarija, atraviesa momentos críticos. Según Max Raña, representante de los Operadores de Turismo, la falta de diésel ha reducido al 50% las operaciones, ya que los operadores deben realizar filas de hasta tres días para abastecerse y garantizar los recorridos tradicionales por la campiña chapaca.
“Vienen pocos turistas, ya no vienen como antes”, lamenta Raña, quien señala además que los recientes bloqueos protagonizados por sectores afines al Movimiento al Socialismo (MAS) complicaron aún más la llegada de visitantes nacionales e internacionales. Aunque el tránsito vehicular se normalizó la semana pasada, el flujo turístico no se ha recuperado, y se estima que ha caído más del 50% respecto a la gestión 2023.
Raña indicó que esto no solo afecta a los operadores turísticos, sino también a restaurantes, hoteles y guías locales, que ven cómo sus ingresos disminuyen drásticamente, repercutiendo en la economía departamental.
A nivel nacional, según el reporte realizado en el mes de octubre por parte la Cámara Hotelera, se estima que actualmente el sector no supera el 35% de visitantes en el sistema hotelero, reflejando la caída en la llegada de turistas al país.
Via: El País